domingo, 18 de marzo de 2012

Rituales para la vida

“Solo al cerrar la puerta del pasado se abre el acceso a lo nuevo, al momento actual”
Los rituales nos dotan de la capacidad de estar absolutamente en el instante. El que jamás cierra una puerta siempre se queda en la transición, lo cual no es beneficioso ni para su cuerpo ni para su alma. Nuestras vidas necesitan espacios cerrados, historias cerradas, para desarrollarse, hacer posible el encuentro y disfrutar plenamente cada uno de los momentos.
Los rituales expresan sentimientos que de otro modo no se expresarían jamás. Nos invitan a hacer y decir a otros aquellos que normalmente omitimos. Nos hacen saltar la ola para llegar al otro. Nos permiten superar la sensación de escrúpulo al decir algo muy personal. En los cumpleaños, nos atrevemos a decir más por que la forma preestablecida nos “habilita” a mostrarnos personales y lo vuelve más fácil. Los rituales hacen posible  y logran la proximidad; brindan también la seguridad de no decir más de lo que podemos. Nos invitan a expresar lo que sentimos por el otro.
 
Configurar el día

Amenudo, los días se nos escurren entre los dedos. Pasan unos tras otros por delante de nosotros. Muchas veces empezamos la mañana a los tumbos y caemos rendidos en la cama por la noche sin haber vivido de manera consiente el misterio de cada día. Los rituales se  contraponen en esta situación en la medida que nos hacen tomar conciencia de cada día es único.
Hoy en día muchas personas cargan con la sensación de que siempre deben cumplir con las expectativas de otros. Lógicamente quien está constantemente cumpliendo con expectativas pronto se sentirá exhausto y consumido. Los rituales logran balancear esta presión exterior al hacernos sentir que somos nosotros mismo lo que damos forma a nuestro día:
“Yo quiero dar al día de hoy mi impronta personalísima”.
Quien gracias a los rituales, vive inmerso en el ritmo del día experimentara el tiempo como un don y no se fatigara tan fácilmente: El tiempo no lo devora sino que lo vivifica y renueva.
Los rituales otorgan un ritmo al alma. Esto ya lo sabían los antiguos Padres del Desierto, hace tanto bien al alma como al cuerpo. El hombre, desde el vientre materno ha sido dotado de un ritmo natural. Quien, hace suyo este ritmo interior por medio de los rituales, vive conforme a su esencia; vive sano.

Comenzar el día
La acción de bendecir, parecía ser una exclusividad de la iglesia y la de maldecir de todos. El significado de bendecir en términos simples, es el “Sentimiento de desear el bien al otro de manera incondicional”, aprender a vivir desde una actitud básica en amor a la vida.
Un bonito ritual al comenzar el día, es abrir la ventana, disfrutar el aire fresco del nuevo día (no importa donde vivas).
Agrádese la vida y el estar vivo, agrádese cada cosa que posees .
Alza tus manos, envía bendiciones y bendícete.
Piensa que te puede traer el día de hoy; agradece y bendice.
Piensa como has enfrentado y enfrentas la vida, como transformas tus heridas en perlas (si no lo has hecho aun; hoy es un buen día para comenzar) agrádese y bendice.
Pregúntate a la luz del amor incondicional que huellas quieres dejar hoy en este mundo.
Que tengas una buena semana y una buena vida. Te agradezco y bendigo.



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